domingo, 7 de noviembre de 2010

"Formación de Valores a través de las artes"

INTRODUCCIÓN.


El interés por desarrollar dicho ensayo, surge de la constatación de una vida cotidiana en donde la sociedad actual parece que ha cambiado totalmente la propuesta valoral que un día imperaban en los grupos sociales.  Resulta entristecedor constatar cómo muchos niños se han vuelto fuertemente reactivos, agresivos, prepotentes y exigentes; niños que obligan a otros a hacer lo que no quieren, imponiéndose por la fuerza, sin fijarse a quién ni por encima de quién tengan que pasar, niños que contestan, se ponen altaneros e insultan abiertamente y con gritos a sus compañeros o a los adultos, niños que no les importa destruir lo que encuentran a su paso, niños que humillan al débil, al que no sabe, al que se equivoca y se burlan descaradamente de los demás.  Cuántos jóvenes se encuentran entregados al vicio, al alcohol, la droga, el ocio, el sexo, o simplemente dejando pasar los días de su vida sin una clara meta. Cuántas familias se desmoronan con cualquier viento ofreciendo estructuras frágiles e inconsistentes que son punto de referencia de crecimiento y de maduración para las personas y las sociedades.
No obstante la influencia de la sociedad, creemos y apostamos por la acción educativa de diferentes agentes que siguen siendo innegable influencia para formar en valores.   Como espacio privilegiado de formación encontramos a la Escuela cuya finalidad es la formación integral de la persona, por lo que no puede  pasar indiferente ante dichas situaciones ni desconocer su tarea como formadora de personalidades a través de los valores.
Los valores en la persona llegan a ser determinantes, son los que definen una vida y le dan sentido y dirección; una vida será feliz, fecunda, provechosa, si los valores que posee esa persona son claros, consistentes valiosos. La carencia de los mismos puede producir en la persona vaciedad, esterilidad, superficialidad, desorientación, infelicidad, frustración, ansiedad, indefinición.

VALORES EN EDUCACIÓN.

Sabemos que la principal portadora y comunicadora de valores es la familia y a ésta, nadie puede suplirá, ella en la intimidad, en el amor, en la aceptación incondicional, crea el ambiente más propicio para que el niño asimile poco a poco, quizá sin darse cuenta, toda la serie de valores que ella quiera comunicarle y hacerle vivir. Aunque hoy en día podría cuestionarse su primacía por la problemática familiar generalizada que está viviendo. La principal problemática hoy en día es la desintegración familiar que consiste en la desorganización familiar, el rompimiento de la unidad en donde se pierde el sentido de la responsabilidad en cada uno de los roles de los integrantes, llegando hasta el punto de ser incapaces de desempeñarlos en forma consiente y obligada. Se empieza a perder la comunicación, la confianza, la lealtad, simplemente el gusto por estar en la familia y empiezan los brotes del aislamiento, del individualismo, del egoísmo, del no apreciar las cualidades y dones personales. Así, este trabajo se prolonga posteriormente en la escuela, segundo lugar en importancia para el niño y donde afronta múltiples experiencias durante cada jornada.
En relación a ello José María Valero afirma: “La escuela que pretenda desentenderse de los valores se despersonaliza y, si se opone a la realización de los mimos, no sólo renuncia a los valores sino que está renunciando a lo que entendemos ser una escuela”  (Valero García, José Ma., 1989, p. 59).

Algún especialista en este campo afirma: “enseñar los valores humanos es enseñar habilidades de supervivencia a la humanidad” (Kirschenbaum). En una sociedad fundamentada en los valores humanos, el recurso más precioso del hombre es su prójimo. Y siguen afirmando: “Si la escuela tiene un función para el futuro, esa función es enseñar a nuestra juventud estos valores humanos, estas habilidades de supervivencia” (Jerez Talavera, Humberto, 1995, p. 21)
En concordancia con el autor podemos afirmar que la calidad de la escuela está en función al cultivo de los valores que en ella se logre hacer, no se trata de cubrir objetivos desde el punto de visto intelectual. El desarrollo de valores debe implicar todas las esferas de la personalidad, para poder dar el paso al cambio de actitudes.
Sin embargo me parece importante desarrollar una breve justificación sobre lo referente a los valores.
Primero que nada es importante estar convencidos que quien hace la propuesta valoral, es el primer involucrado en el proceso de conversión personal, precisamente porque los valores no se transmiten, ni se  proclaman, más bien se contagian, se reflejan, se testimonian con la propia vida.

DEFINICIÓN DE VALOR.

Abordar el tema de los valores es complejo primeramente por la diversidad de concepciones que al respecto se tienen, en cuanto a su definición, a la manera más adecuada de presentarlos en el ámbito educativo, al sistema de valores, a la esencia del valor. Presento ahora algunas definiciones de valor.
Como dice Parson (1992, cit. En Sánchez Sánchez, 2000)  valores son características de la acción humana, en cuanto que esta última presupone la elección de determinadas opciones entre un conjunto de dilemas que configuran la existencia humana.
Parson y Kluckhohn dicen (1992, cit. En Sánchez Sánchez, 2000) Valores son opciones entre las diversas maneras de actuar que son manifestación de la jerarquía en la concepción del mundo que un sujeto o colectivo tiene.
 Adela Garzón y Jorge Garcés afirman (1992, cit. En Sánchez Sánchez, 2000)  “Valores son proyectos ideales de comportarse y de existir que se adecuan a las coordenadas histórico-sociales y que a la vez los trascienden.
También Rokeach los define así (1992, cit. En Sánchez Sánchez, 2000) Valores son un tipo de creencias que llevan al sujeto a actuar de una manera determinada, son creencias que prescriben el comportamiento humano.
García Maruiño dice (1992, cit. En Sánchez Sánchez, 2000) Valores son los que suelen mover la conducta y el comportamiento de las personas, orientan la vida y marcan la personalidad.
“Valores son cualidades descubiertas en los objetivos, en la realidad, en relación con nuestras necesidades, no son estrictamente individuales sino prioritariamente sociales, en cuanto forman parte de la cultura de un grupo humano” (Valero García, p. 60)
“Es valor todo lo que favorece la plena realización del hombre como persona” (Bartolomé Margarita y Ferreiros, Pilar, 1994, p. 21)

Estas definiciones y muchas otras permiten ver lo que cada una de ellas pone al centro para poder establecerla.  Por ejemplo algunos conciben los valores como algo independiente, identificable con un Valor absoluto, como algo ideal que supera y trasciende al hombre mismo; otros hacen depender los valores de las circunstancias, de los lugares, del tiempo, presentando así cierta relatividad, pues éstos pueden cambiar. Son considerados como históricos, van apareciendo en el devenir de la historia personal de cada individuo o bien de su entorno por tanto no son estables, otros sólo conciben el valor encarnado en una persona, demostrable en su comportamiento, y por lo tanto rector de sus deseos y apetencias, de conductas, de normas, de juicios, es decir, irreales, sin existencia, sino que simplemente valen en razón de su manifestación en las personas.
Aunque cada una de estas posturas posee su parte de verdad, considero que un VALOR es un BIEN en sí mismo, que lo posee la persona y que puede desarrollarlo con el ejercicio de su voluntad y libertad, es un bien que asumido en sí la hace ser más persona, la puede llevar a la realización, a la felicidad, a la madurez humana y espiritual, puede orientar su vida, y manifestarlo en forma concreta en su actuar cotidiano, en sus relaciones consigo mismo, con Dios, con los demás, con la naturaleza. Los valores se descubren, se asimilan, se testimonian. Son participación de la naturaleza divina en el hombre, pues Dios posee los valores en forma absoluta.

PROCESO DE DESCUBRIMIENTO DE UN VALOR.

La educación y concretamente la labor docente favorece el descubrimiento de los valores en los alumnos, que determinará más tarde el sentido de su vida. Será, pues su deber crear condiciones de aprendizaje, en donde los valores entren en juego.
Es clara la importancia del maestro, sin embargo algunos han caído en el error de tratar de enseñar los valores con castigos, recompensas, lecciones, o simplemente moralizando. Se olvidan que los valores no se imponen, sino que se proponen. No basta asimilar cognoscitivamente lo referente a ello, se requiere interiorizarlos. Los valores no se enseñan en un salón de clase, para enseñarlos, transmitirlos, es a través de la propia vida. Los adolescentes y jóvenes son muy críticos de los discursos, de las palabras que no se encarnan. El ejemplo y el trato que tenga el maestro con sus alumnos son la clave para construir la vivencia de los valores, como son la justicia, coherencia, la responsabilidad, el respeto, la aceptación, etc Es urgente crear espacios educativos que acojan a cada uno de los alumnos, que apuesten por su desarrollo integral y lo inviten a ir más allá de sí mismo, lo inviten a ser transformador de una nueva sociedad.
El maestro no sólo propone valores verbalmente, tendrá incidencia en los alumnos, si éstos encuentran coherencia en su profesor, si el profesor sabe vivir los valores que está destacando. Don Bosco decía a sus sacerdotes “La prédica más eficaz es el buen ejemplo. (IV, 753)”.
El proceso para propiciar el descubrimiento en los valores se puede enunciar como sigue:

A.   PRESENTACIÓN: Es la presentación concreta del valor, con libertad y respeto. Puede precisarse a través de la creación de las condiciones propicias para que el alumno busque y descubra. Este primer paso viene a cargo del maestro, de los padres de familia, de los acontecimientos.
B.   INTERIORIZACIÓN. Una vez que el alumno ha captado, percibido el valor, debe tomar una postura de frente a él, hacer una elección o una renuncia. Se tendrá que ponderar objetiva y minuciosamente las consecuencias de cada alternativa, para que se garantice una opción correcta.
C.   ACTUACIÓN. Comprende la decisión, que dependerá de la claridad y reflexión con que se ha hecho la interiorización. Posteriormente se da la realización del mismo, es decir, el esfuerzo constante por estimarlo, conquistarlo, vivirlo, adoptarlo en la vida misma en una forma repetido y constante, de manera que se convierta ya en una norma de vida. Como consecuencia se deja ver en la persona, en el testimonio de sus actitudes, puede llegar a transmitirlo, convidarlo, compartirlo, impulsar a otros a abrazarlos. Supone un conocimiento no en sentido intelectual sino sobre la propia experiencia. (Valero García, J. p. 64-65)

Es importante el ambiente que el docente logre crear para propicia el descubrimiento de los valores, para ello se recomienda que se proporcione un clima relajado, amistoso, cooperador, de ayuda, que el alumno sienta cercano al profesor para que pueda ayudarlo a conocerse. Que sea capaz de demostrarles interés, cercanía, confianza, amistad.
El trabajo del educador consistirá en ir implicando, relacionando y proponiendo simultáneamente los contenidos con los valores y ayudar a clarificarlos, para que los alumnos sean conscientes y responsables.
Aquí el aprendizaje significativo es la base, ya que el estudiante aprende más rápido cuando le interesa lo que le presentamos, cuando hacemos que sea  parte de sus intereses e inquietudes y así podrá llevarlo con mayor facilidad a la vida, a la experiencia, vinculándola con los conocimientos previos y sobre todo con el contexto que lo rodea. Las artes son un medio para ayudar a nuestros adolescentes a relacionar conocimientos artísticos e intelectuales.

EDUCACIÓN  A TRAVÉS DE LAS ARTES.

Enseguida hago mención del sentido del estudio de las artes, según la Reforma de la Educación Secundaria (2006) que  nos dice:

Las Artes no sólo han estado presentes en la historia de la humanidad, sino que  han cumplido diversas y muy importantes funciones como indicadores del pensamiento, de los sentimientos, las sensaciones e inquietudes de las distintas culturas. Las Artes son fuente de conocimiento y de inspiración, son espacios para el deleite y la reflexión, ya que integran intenciones y significados con formas estéticas, sensibles y profundas. En las Artes se conjugan las habilidades de sensibilidad, percepción y creatividad, que a su vez propician un tipo de pensamiento, actitudes y valores que resultan deseables en el mundo actual. ¿Por qué es importante el estudio de las Artes en la escuela? Porque posibilita el desarrollo de la mente de los estudiantes, por medio de experiencias con los elementos, materiales y recursos propios de las artes (sonidos, movimientos, formas, imágenes), estas experiencias, en el contexto escolar, pretenden favorecer la sensibilidad, la percepción estética, la imaginación y la creación. Actitudes como tolerar la diversidad, explorar lo incierto, aplicar un juicio flexible para interpretar los fenómenos que nos rodean, valorar lo que sentimos e intuimos, explorar el mundo interior y enfrentar retos diversos, son posibles mediante el ejercicio de las Artes. En síntesis, la enseñanza de las artes en la escuela propicia el desarrollo de la mente y los sentidos, tanto como el de competencias para enfrentar de mejor manera los retos del mundo actual. (p.9)

Ahora bien,  no sólo es importante asegurar un espacio físico de privilegio para la formación de valores como podría ser la Escuela sino atender a la psicología y a las características propias de quienes son los destinatarios de dicha formación.  Si hablamos de los niños y jóvenes, hemos de reconocer que hay dos centros de interés que se convierten en oportunidades idóneas de formación: nos referimos al aspecto lúdico y al artístico. 
De manera específica quisiera centrar dicha reflexión en el aspecto artístico que en ocasiones ha sido promovido no con tan clara intencionalidad de formar en valores.

Castrillón (2000) afirma que:
Pensar en Educación Artística es pensar que haya algo educable artísticamente en el ser humano, una intención educativa orientada hacia el orden y la belleza. El arte ha sido parte existencial del ser, el arte es del hombre y para el hombre, y como tal, un campo de conocimiento. El arte como posibilidad de enseñar la comprensión y el arte que colabora en la construcción de la ética del género humano.

En Educar la visión artística (1972), Eisner analiza las tradiciones que hasta ese momento habían dominado la enseñanza del arte, y las clasifica en dos grupos principales: el contextualista y el esencialista. Al primero pertenecen aquellos que ven al arte como un medio para dar respuesta a necesidades sociales concretas; mientras que al segundo grupo se adscriben quienes enfatizan el valor del arte como campo de conocimiento independiente. En definitiva, Eisner se sitúa en este último, al que ha dado un soporte teórico y pedagógico fundamental, constituyéndose en referencia obligada de cualquier historia de la educación artística contemporánea.[1]

De alguna manera el introducirnos a la esfera de las artes exige una pequeña clasificación en torno a ellas a fin de ver las posibilidades que ofrecen en cuanto a la formación de los valores. Algunos autores afirman que Hegel da la pauta para una clasificación describiendo las cinco artes en general: literatura, música, arquitectura, escultura y pintura, que son las representaciones máximas de la idea pura que se despliega en el tiempo, algunos incluso han querido jerarquizar dichas artes en base a la capacidad de expresar el pensamiento o la idea o bien en base a la aparición de las mimas en la historia, lo cierto es que la gran mayoría acepta la clasificación de Hegel.  Sin embargo, algo se echa de menos y es precisamente la danza que de alguna manera es una combinación entre la figura escultórica y el ritmo musical, o bien el cine que combina  las artes clásicas.  Lo cierto es que de alguna manera las artes significan la expresión de la idea de belleza mediante elementos sensibles. El artista al crear la belleza no hace otra cosa que objetivar sus sentimientos y concretarlos sobre la materia. (Amezcua V., 1963)
Así pues puedo decir que durante 3 años consecutivos he tenido la oportunidad de implementar los talleres artísticos con los alumnos de secundaria en donde he descubierto tantos valores en ellos y con mayor satisfacción  puedo decir que ellos mismos se han descubierto en sus posibilidades de manifestar sus sentimientos, sus experiencias difíciles de familia y de amigos a través del arte. Al mismo tiempo he experimentado cuánto les cuesta disciplinarse, esforzarse, dominarse, pero la música, la danza el teatro los envuelven y motivan para desarrollar su habilidades no sólo artísticas, sino intelectuales y sociales.  Puedo constatar en cada uno de mis alumnos que las artes son un medio para formarlos en valores y así cooperar en su formación integral. Así hacemos vida el carisma salesiano de Don Bosco: “Formar buenos cristianos y honestos ciudadanos”.

Concluyo diciendo que una manera de ayudar a nuestros alumnos a expresar sus sentimientos, emociones y frustraciones de una manera positiva, sin violencia, es  a través de las artes en donde se desarrollan los valores universales como son el amor, respeto, la honestidad, sinceridad, unidad, la bondad, modestia, libertad, lealtad, etc., que  los llevarán a un desarrollo integral en su formación.


REFERENCIAS

Amezcua V.,  Francisco Xavier. “Estética”, SEP, México, 1963, pp. 104-105


Bartolomé, Margarita- Ferreiros, Pilar(et.al) Educación y Valores, 3ª. Ed. Ed. Narcea, México 1984, pp.21
Bindé, J. Ya no existen los valores  tradicionales. Recuperado el 10 de octubre de 2010 de http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=891120
Castrillón M., Hernán Darío.”Pensamiento complejo en la Educación artística”  Ponencia, Medellín 29 de septiembre de 2000.


Jerez Talavera, Humberto. “Revista Mexicana de Pedagogía”, Año VI, Enero y Febrero de 1995, No. 21, Ed. Jertalhum, México, 1995. P. 21

Reforma de la Educación Secundaria Fundamentación curricular. Recuperado el 7 de noviembre de 2010 de http://basica.sep.gob.mx/reformasecundaria/doc/FUNDAMENTACIONES/ARTES.pdf

Sánchez Sánchez, Antonio. La animación hoy una respuesta a la realidad social.

Plan de formación de animadores. Coordinador Alfonso Francia. Bloque 1 “El hoy y el mañana de la animación”. Ed. CCS, Madrid, 1992. pp. 81

Taller Internacional Integración de valores en los programas y servicios de la primera infancia, organizada conjuntamente por la UNESCO y Living Values: an Educational Program. Recuperado el 10 de octubre de 2010 de  http://www.oei.es/valores2/UnescoEducacionenValores.pdf


Valero García, José Ma. La escuela que yo quiero. Ed. Progreso, México, 1989.


[1] Reforma de la Educación Secundaria Fundamentación curricular. Recuperado el 7 de noviembre de 2010 de http://basica.sep.gob.mx/reformasecundaria/doc/FUNDAMENTACIONES/ARTES.pdf




domingo, 24 de octubre de 2010

¡Viva el teatro! El teatro en la educación salesiana

Escrito por Lic. Alejandro Acevedo   

DON BOSCO Y EL TEATRO

Desde el mismo momento en que Don Bosco fundó el Oratorio de Valdocco estuvo presente la salvación del joven pensando en las actividades que a ellos les gustasen.  Pensó sobremanera en la música, el baile y el teatro. Fomentó recursos educativos que le habían ganado la amistad de los compañeros ya en los años de juventud: la música instrumental y coral, los paseos y excursiones, el deporte, el teatro infantil.

Ya en sus tiempos de estudiante en Chieri, hacia el 1832, fundó «la Sociedad de la Alegría» entre sus compañeros, mostrando su opción por buscar lo positivo en la vida y evitar toda tristeza. Y esa fue una de las claves principales de su pedagogía con los niños y los jóvenes: la vida entendida como fiesta y la fe como felicidad. Por una parte, la música, el teatro, las excursiones, el deporte, por otra, la alegría sobrenatural de la fe. En todo momento la alegría del existir, del poder trabajar, de la entrega a los demás, la alegría de la vida de cada día. El optimismo, la confianza en Dios y en las personas, saber ver y gozarse de los valores que hay en este mundo sin lamentarse continuamente, son los secretos de su pedagogía humana y religiosa. La alegría envuelve la vida de piedad y el estudio, abre a la esperanza y suscita energías para hacer el bien.

En la famosa carta de 1884, desde Roma, lo que más echa de menos Don Bosco, y recomienda que recuperen, es la alegría que antes reinaba en sus colegios, y que los impregnaba de serenidad y cercanía. Don Bosco, por el camino de la alegría, condujo a muchos jóvenes a cimas importantes de espiritualidad cristiana.
El teatro fue una de las actividades que tuvo gran importancia en el Oratorio. Don Bosco le asignó tres fines: divertir, instruir y formar.
Propulsó las representaciones teatrales de todo género entre sus alumnos como un excelente medio para divertir, educar, instruir y moralizar e inició una publicación periódica: "Lecturas Dramáticas", dedicadas a la actividad escénica.
San Juan Bosco fue un educador excepcional. Su inteligencia aguda, su sentido común y su profunda espiritualidad le llevaron a crear un sistema de educación capaz de desarrollar la persona en su totalidad – cuerpo, corazón, mente y espíritu. Valora en su justo punto el crecimiento y en la libertad mientras coloca al niño en el centro mismo de toda la empresa educativa.

A fin de distinguir su método del sistema educativo de represión vigente en Italia en el siglo XIX, dio a su nuevo método el nombre de sistema “preventivo” – porque buscaba la manera de prevenir la necesidad del castigo poniendo al niño en un entorno en el cual él se ve capaz de ser lo mejor que uno puede ser. Es una manera agradable, amable e integral de abordar la educación.

Crea un clima capaz de hacer salir de dentro lo mejor de cada joven, que le predispone a mostrarse claramente tal como es, que ayuda al muchacho en la adquisición de hábitos que le permitirán optar por todo lo que en la vida es bueno, saludable, alegre y prometedor. Y por tal motivo no hay mejor forma que lograr esto que con el incentivo para que el joven dé todo lo que tiene mediante la música, las representaciones teatrales, la pintura y otras manifestaciones artísticas de corte educativo.
Decía Don Bosco: “Una casa sin música es como un cuerpo sin alma” y lo mismo decía del teatro: “es un excelente medio para llegar al muchacho que no podemos desperdiciar”, e instruía a sus salesianos para que en la fundación de una nueva obra pensaran también en los espacios físicos que le iban a destinar a las representaciones teatrales. No es raro ver en una obra salesiana de nuestro país un gran edificio al lado del oratorio y generalmente nos encontramos con la inscripción delante: “Teatro Don Bosco”. Aunque ya no se le da el mismo uso de años anteriores, sigue siendo un lugar de suma importancia para la evangelización y la acción educativa de los salesianos.

Cuando Don Bosco estaba formando la Sociedad Salesiana a mediados del siglo XIX en Italia, nuestros países americanos recientemente habían alcanzado la libertad del yugo opresor de la corona española y una forma eficaz para lograr esto fue el uso de las representaciones teatrales para inculcar en los ciudadanos la necesidad de ser libres. De la misma forma pensó Don Bosco para sus muchachos: el teatro es un excelente medio para llegar al público, mediante él se pueden transmitir muchas cosas con valores extraordinarios. Mediante él nos podemos concienciar, no solamente de los valores que como personas tenemos, sino más bien de la necesidad que tenemos de ellos.

Don Bosco siempre quería la alegría, el movimiento, el ruido. “Désele al niño amplia libertad para correr, saltar, alborotar a su gusto”, ha dejado escrito en sus páginas de oro. La alegría, el regocijo, es, en la casa de Don Bosco, el undécimo mandamiento, y es un factor de primer orden en su pedagogía. No podía ver a los muchachos cabizbajos y enfurruñados: temía el ocio en los recreos; por eso no quería bancos en los patios de sus casas.

Don Bosco fascinaba a sus jóvenes sobre todo con sus juegos de mano, con su arte y con su maestría en el juego. El juego, las representaciones dramáticas y otras diversiones eran para él elementos de la alegría. El método pedagógico que Don Bosco desarrolló en los años de la fundación de su ciudad juvenil en Turín (1846), tenía que ser una pedagogía de la alegría y el teatro sirvió para llegar con buena fe hacia su meta.
Menciona Valentín Sigfrido en un artículo publicado en el Boletín Salesiano del año 2000: “Este educador del alma supo combinar como nadie la vocación religiosa con el talento artístico. Todos disfrutaban a Don Bosco y querían estar presentes cuando subiera o bajara el telón de sus sueños y, al rato descubrir que se trataba de un cura real con los pies firmemente apoyados en la realidad”.

EL TEATRO Y LA EDUCACION

Una obra dramática va a ser siempre un medio ideal para educar, los protagonistas de la historia nos hacen ver nuestros mismos sueños, nos identificamos con ellos, sentimos que somos nosotros que estamos en el escenario y si hay valores dentro de la misma los podremos asimilar con mayor facilidad. Es cierto que otro tipo de espectáculo como el cine, los conciertos musicales, la televisión han desplazado las representaciones teatrales, pero éste no ha dejado de tener ese tenor mágico de enseñarnos lo que se transmite mediante el mismo.

En la educación salesiana es un valor, es una tradición de los primeros años de la fundación de la congregación, de los cimientos del Oratorio de Valdocco que fundó el mismo San Juan Bosco. Se ha enseñado mucho a lo largo de los años mediante el teatro y cada vez más es importante el modo de educar mediante esta estrategia. Los muchachos cuando se les habla de realizar una representación dramática siempre están prestos a participar, no solamente por el mero hecho de pararse en un escenario a repetir palabras de un autor, sino más bien por  el mismo reto de realizar un papel que no son  ellos mismos, pero que se identifican como tal. La preparación previa y los conocimientos posteriores que se adquieren a lo largo del proceso se viven de forma diferente, la riqueza del lenguaje que utiliza el teatro es genial para lograr un objetivo altamente educativo.

Los antiguos griegos descubrieron en el teatro una forma ideal para llegar a un gran público. Realizaban representaciones teatrales para difundir las enseñanzas de las cosas básicas de la vida, para informar sobre acontecimientos del pasado y transmitir la misma historia de su pueblo. La educación no estaba apta para todo el mundo, por tal motivo las representaciones teatrales era ideales para llegar a las personas. En la antigua Roma también el teatro jugó un papel sobresaliente en los espectáculos públicos y en la forma de enseñar algo al pueblo. Lo utilizaron desde los estamentos más altos como el Senado y los emperadores hasta pequeñas representaciones en las calles para el pueblo común. El cristianismo, además de las enseñanzas y discursos públicos de Pablo y otros grandes propagadores  de la iglesia primitiva, lo transmitieron mediante obras dramáticas. Como la Biblia no estaba disponible para la libre interpretación de la mayoría ni estaba traducida al idioma de las gentes, las enseñanzas de Jesús, los libros del Antiguo y Nuevo Testamento eran enseñados mediante el teatro en las iglesias y templos dedicados para tales fines. Todavía hoy, cuando se presenta la oportunidad de escenificar algún pasaje de la Biblia aprendemos mucho más que cuando lo leemos.

En la actualidad son muchos los elementos educativos que encontramos en el teatro, en el cine y otros medios representativos. Educamos con una obra dramática, William Shakespeare lo entendió así, el teatro fue para él medio ideal para dar a conocer lo que sentía, lo que su corazón decía y en obras clásicas como Romeo y Julieta nos enseña lo valeroso del amor, la tenacidad de las personas cuando perseguimos algo que queremos, entonces, por qué no utilizarlo para enseñar, para dar a conocer lo que nos interesa y sobre todo, lo que el muchacho de nuestras aulas necesita. 


sábado, 23 de octubre de 2010

Resumen del texto: "La mente disciplinaria" y "la mente sintética" de Gardner Howard (2005)

El reto de la Educación:
Según  Gardner, en nuestra época hay una cantidad de información que parece se opone a una síntesis, por eso es vital saber entretejer toda la información que procede de las diferentes fuentes. Sintetizar consiste en combinar elementos totalmente separados o distintos. Cosa que las instituciones o personas no se preocupan por inculcar dicha capacidad en nuestras nuevas generaciones, aún así el ser humano intenta sintetizar y en muchas ocasiones lo hace con éxito. Hay 6 formas de hacer síntesis:
1.    Narraciones: El sintetizador reúne distintos materiales y crea una narración coherente con las mismas.
2.    Taxonomías: Se clasifican por características destacadas
3.    Conceptos complejos: Un concepto nuevo relaciona una gama de fenómenos.
4.    Metáforas evocadoras: Permite aclarar conceptos.
5.    Teorías: Combinación de conceptos.
6.    Metanarraciones: Teoría de teorías.
Así podemos decir que la síntesis es producto de un trabajo interdisciplinario. La síntesis se puede desarrollar desde el etapa de preescolar, en donde el niño relaciona un conocimiento con otro para poder entender uno nuevo, siendo éste un recurso muy valioso para el futuro.
El reto de la educación es desarrollar una mente sintetizadora. Para ello se propone hacerlo a través de itinerarios de síntesis como:
1) Formar personas en las universidades y niveles superiores para que participen en grupos interdisciplinarios.
2) Creación de programas educativos dirigidos al perfeccionamiento de la capacidad de síntesis.
Las síntesis más valiosas son las que surgen de una mente creativa, por eso nuestra atención esta puesta en el cultivo de la mente creativa.

Formar en valores es un arte ¿y las artes forman en valores?


La música hace más inteligentes a quienes la viven de forma creativa, pues los insta constantemente a pasar más allá de las impresiones inmediatas, superando con ello la miopía intelectual; percibir al mismo tiempo diversos contenidos, superando de este modo la unilateralidad en el percibir y pensar; profundizar en el sentido de lo que se percibe a lo largo y a lo ancho, superando de esta forma la superficialidad en el pensar. La música nos permite desarrollar a la vez las siete capacidades de nuestra inteligencia (Howard Gardner).

López, Alfonso. La música nos hace más inteligentes. Recuperado el 25 de septiembre de 2010. http://www.riial.org/espacios/dpersona_doc21mi.php

viernes, 22 de octubre de 2010

El arte ha sido parte existencial del ser


Ahora bien,  no sólo es importante asegurar un espacio físico de privilegio para la formación de valores como podría ser la Escuela sino atender a la psicología y a las características propias de quienes son los destinatarios de dicha formación.  Si hablamos de los niños y jóvenes, hemos de reconocer que hay dos centros de interés que se convierten en oportunidades idóneas de formación: nos referimos al aspecto lúdico y al artístico. 
De manera específica quisiera centrar dicha reflexión en el aspecto artístico que en ocasiones ha sido promovido no con tan clara intencionalidad de formar en valores.
Castrillón (2000) afirma que:
Pensar en Educación Artística es pensar que haya algo educable artísticamente en el ser humano, una intención educativa orientada hacia el orden y la belleza. El arte ha sido parte existencial del ser, el arte es del hombre y para el hombre, y como tal, un campo de conocimiento. El arte como posibilidad de enseñar la comprensión y el arte que colabora en la construcción de la ética del género humano.

La carencia de valores produce vaciedad, esterilidad en las personas

Los valores en la persona llegan a ser determinantes, son los que definen una vida y le dan sentido y dirección; una vida será feliz, fecunda, provechosa, si los valores que posee esa persona son claros, consistentes valiosos. La carencia de los mismos puede producir en la persona vaciedad, esterilidad, superficialidad, desorientación, infelicidad, frustración, ansiedad, indefinición.

 Adela Garzón y Jorge Garcés afirman (1992, cit. En Sánchez Sánchez, 2000)  “Valores son proyectos ideales de comportarse y de existir que se adecuan a las coordenadas histórico-sociales y que a la vez los trascienden.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Don Bosco ¿cómo formó a sus muchachos?




En la Espiritualidad Salesiana, la música, la danza y el teatro son un medio de formación en valores humanos y cristianos. Don Bosco cuando tuvo la idea de reunir a sus muchacho, a los muchachos de la calle, el medio más eficaz para atraerlos fue la música, el teatro. Así formó el "buen cristiano y al honesto ciudadano"